Las pirañas son unos peces de agua dulce que pertenecen a la subfamilia Serrasalminae, la cual también incluye a otros peces herbívoros y omnívoros. Se estima que hay entre 30 y 60 especies de pirañas, las cuales se distribuyen por los ríos y lagos de América del Sur, especialmente en la cuenca del Amazonas. Las pirañas miden entre 20 y 25 cm de longitud, se han encontrado ejemplares que superan el tamaño de los 35 cm
Tienen un cuerpo robusto y comprimido lateralmente, con escamas brillantes que pueden ser de color rojo, negro, plateado o amarillo. Su rasgo más distintivo son sus dientes, los cuales son muy afilados, fuertes y están dispuestos en una sola fila en cada mandíbula. Las pirañas usan sus dientes para cortar trozos de carne de sus presas, las cuales pueden ser otros peces, aves, reptiles o mamíferos.
Origen y evolución de las pirañas
El origen y la evolución de las pirañas son temas que aún generan debate entre los científicos. Algunos estudios sugieren que las pirañas se originaron hace unos 25 millones de años en el Mioceno, cuando el continente sudamericano estaba aislado del resto del mundo y albergaba una fauna única y diversa.
Otras investigaciones indican que las pirañas surgieron hace unos 1,8 millones de años en el Pleistoceno, cuando el istmo de Panamá se formó y permitió el intercambio de especies entre América del Norte y América del Sur. Lo que sí se sabe con certeza es que las pirañas actuales son el resultado de un proceso de adaptación al medio ambiente y a la competencia por los recursos alimenticios.
Las pirañas desarrollaron sus dientes afilados y su dieta carnívora para aprovechar los restos de animales muertos o heridos que flotaban en el agua o se acercaban a la orilla. Así, las pirañas se convirtieron en unos limpiadores eficientes del ecosistema acuático.
Especies de pirañas
Existen muchas especies de pirañas, las cuales se clasifican en varios géneros según sus características morfológicas y genéticas. Algunos de los géneros más conocidos son Pygocentrus, Serrasalmus, Pygopristis, Pristobrycon y Catoprion. Dentro de cada género, hay varias especies que se diferencian por su tamaño, color, forma del cuerpo y hábitat. Algunas de las especies más conocidas son:
- Piraña roja (Pygocentrus nattereri): Es la especie más común y la más asociada con los ataques a los humanos. Tiene el cuerpo de color rojo y el vientre plateado, y puede medir hasta 33 cm. Vive en los ríos y lagos de la Amazonia, el Orinoco y el Paraná.
- Piraña negra (Serrasalmus rhombeus): Es la especie más grande y la más agresiva. Tiene el cuerpo de color negro y el vientre blanco, y puede medir hasta 41 cm. Vive en los ríos de la Amazonia y el Orinoco.
- Piraña de vientre amarillo (Pygopristis denticulata): Es la especie más pequeña y la más pacífica. Tiene el cuerpo de color plateado y el vientre amarillo, y puede medir hasta 18 cm. Vive en los ríos y lagos de la Amazonia.
- Piraña de cola roja (Pristobrycon maculipinnis): Es la especie más colorida y la más omnívora. Tiene el cuerpo de color gris con manchas negras y la cola roja, y puede medir hasta 25 cm. Vive en los ríos y lagos de la Amazonia.
- Piraña come escamas (Catoprion mento): Es la especie más especializada y la más curiosa. Tiene el cuerpo de color gris con rayas verticales negras y una boca protráctil, y puede medir hasta 20 cm. Vive en los ríos y lagos de la Amazonia. Se alimenta exclusivamente de las escamas de otros peces, a los que ataca por sorpresa.
Comportamiento de las pirañas
El comportamiento de las pirañas varía según la especie, el hábitat y la época del año. Algunas pirañas son solitarias y territoriales, mientras que otras son sociales y forman grupos o cardúmenes. Los cardúmenes pueden tener desde unos pocos individuos hasta cientos o miles, dependiendo de la disponibilidad de alimento y de refugio.
Las pirañas se agrupan por varias razones, como la defensa contra los depredadores, la búsqueda de alimento, la reproducción o el descanso. Los cardúmenes suelen tener una estructura jerárquica, donde los individuos más grandes y dominantes ocupan el centro y los más pequeños y sumisos se sitúan en los bordes.
Las pirañas se mantienen activos durante el día, aunque algunas especies pueden ser crepusculares o nocturnas. Su actividad también varía según las estaciones del año, siendo más intensa durante la época seca que durante la época lluviosa. Las pirañas se desplazan por el agua con movimientos rápidos y ágiles, gracias a su forma hidrodinámica y a su aleta caudal poderosa. Su velocidad máxima puede alcanzar los 40 km/h, aunque solo por breves instantes.
Alimentación de las pirañas
Las pirañas son carnívoros que se alimentan principalmente de otros peces, a los que cazan en grupo o en solitario. Las pirañas tienen una excelente visión y un agudo sentido del olfato, lo que les permite detectar a sus presas a distancia.
Sus dientes afilados les sirven para cortar trozos de carne con facilidad, mientras que sus mandíbulas potentes les permiten ejercer una gran presión sobre sus víctimas. Las pirañas pueden devorar un pez entero en cuestión de segundos, dejando solo los huesos.
Además de peces, las pirañas también pueden consumir otros animales que se acercan al agua o caen en ella accidentalmente, como aves, reptiles o mamíferos. Sin embargo, estos casos son poco frecuentes y solo ocurren cuando las pirañas están muy hambrientas o se sienten amenazadas.
Las pirañas no suelen atacar a los humanos, salvo que haya sangre en el agua o que se produzca un movimiento brusco que las alerte. La mayoría de las mordeduras de pirañas son superficiales y no ponen en riesgo la vida de las personas. Solo en casos muy excepcionales, las pirañas pueden causar heridas graves o mortales, como ocurrió en el año 2011, cuando un niño de 6 años murió por el ataque de un cardumen de pirañas en Bolivia.
Reproducción de las pirañas
Las pirañas se reproducen una vez al año, generalmente durante la época lluviosa, cuando el nivel del agua sube y hay más alimento disponible. Las pirañas macho y hembra se aparean en pareja o en grupo, dependiendo de la especie. El macho persigue a la hembra hasta que esta libera los huevos en el agua, los cuales son fecundados por el macho.
Los huevos son adhesivos y se pegan a las plantas acuáticas o al fondo del río. La cantidad de huevos puede variar entre 1000 y 5000 por hembra. Los padres no cuidan de los huevos ni de los alevines, los cuales nacen al cabo de unos días.
Los alevines tienen un color plateado que les sirve de camuflaje y se alimentan de plancton y pequeños invertebrados. A medida que crecen, van cambiando de color y de dieta, hasta convertirse en adultos.
Beneficios y amenazas de las pirañas
Las pirañas son unos animales muy importantes para el equilibrio del ecosistema amazónico. Por un lado, las pirañas contribuyen a la limpieza del agua al consumir los restos orgánicos que podrían generar enfermedades o contaminación.
Por otro lado, las pirañas son una fuente de alimento para otros animales, como caimanes, delfines, nutrias o aves. Además, las pirañas también tienen un valor cultural y económico para las comunidades locales, que las utilizan como alimento, como cebo para la pesca o como objeto de artesanía.
Por desgracia, las pirañas también enfrentan varias amenazas que ponen en peligro su supervivencia. Entre estas amenazas se encuentran la pérdida y degradación de su hábitat por la deforestación, la minería, la agricultura o la construcción de represas;
la sobrepesca comercial o deportiva; la introducción de especies exóticas que compiten o depredan a las pirañas; y la contaminación del agua por el vertido de residuos industriales o urbanos.
¿Qué hacer en caso de mordedura de piraña?
En caso de mordedura de piraña, lo primero que hay que hacer es salir del agua lo antes posible y evitar el sangrado. Luego, hay que limpiar la herida con agua limpia y jabón, aplicar un antiséptico y cubrir con un vendaje estéril. Si la herida es profunda o sangra mucho, hay que acudir al médico para recibir atención médica.
¿Qué hacer para evitar el ataque de las pirañas?
Para evitar el ataque de las pirañas, lo mejor es no entrar al agua si hay signos de presencia de estos peces, como burbujas o remolinos en la superficie. También hay que evitar bañarse en aguas turbias, estancadas o con poca corriente, donde las pirañas suelen estar más activas. Asimismo, hay que evitar bañarse con heridas abiertas o con objetos que puedan atraer a las pirañas, como joyas o ropa de colores brillantes. Por último, hay que respetar a las pirañas y no molestarlas ni provocarlas.
¿Qué hacer si se encuentra una piraña fuera del agua?
Si se encuentra una piraña fuera del agua, lo mejor es no tocarla ni acercarse a ella, ya que puede morder con fuerza si se siente amenazada. Lo más recomendable es dejarla en paz o devolverla al agua con cuidado, usando un palo o una red. No se debe matar ni maltratar a la piraña, ya que es un animal protegido por la ley.
¿Qué hacer si se quiere tener una piraña como mascota?
Si se quiere tener una piraña como mascota, lo primero que hay que hacer es informarse sobre la legislación vigente en el país o la región donde se vive, ya que en muchos lugares está prohibido o restringido el comercio y la tenencia de estas especies.
Luego, hay que conseguir un acuario adecuado para albergar a la piraña, con suficiente espacio, filtración, oxigenación, temperatura y decoración. También hay que proporcionarle una alimentación adecuada, basada en carne fresca o congelada, y evitar alimentarla con otros peces vivos.
Por último, hay que tener en cuenta que las pirañas son animales salvajes y no domésticos, por lo que no se deben manipular ni acariciar, y se debe mantener una distancia de seguridad al limpiar el acuario o cambiar el agua.
Las pirañas son unos peces fascinantes que han despertado el interés y el temor de muchas personas a lo largo de la historia. Sin embargo, detrás de su fama de ser unos monstruos sanguinarios se esconde una realidad mucho más compleja y sorprendente.
Las pirañas son unos animales adaptados a su entorno, con una gran diversidad de especies, un comportamiento social y una alimentación variada. Las pirañas no son una amenaza para los humanos, sino unos aliados para la conservación del ecosistema amazónico. Por eso, es necesario proteger a las pirañas y a su hábitat, para que podamos seguir disfrutando de su belleza y su importancia.